Es una técnica altamente efectiva para el aislamiento térmico y acústico de edificaciones tanto nuevas como habitadas. Consiste en
introducir material aislante (celulosa) en las cámaras de aire, techos falsos o cubiertas mediante la realización de varios agujeros de 40mm.
Al incorporar aislamiento térmico en la vivienda, se reducen las pérdidas de calor o frío dentro de la vivienda, por tanto, la energía
necesaria para calentar o enfriar las habitaciones será menor.
Debido al gran cambio de temperatura entre el interior y el exterior de las viviendas, se produce la condensación produciendo manchas.
Esto se puede solucionar realizando un buen aislamiento, evitando así que el frío del exterior acceda al interior y se produzca la condensación.
Dado que se trata de un trabajo SIN OBRA, el tiempo de trabajo puede oscilar entre 2-3 horas en función de las dimensaciones para aislar.
Se trata de un trabajo sin obra ya que únicamente se realizan varios agujeros de 40mm para introducir el asilante y posteriormente se tapan esos agujeros quedando solamente que pintar.